Imagen con fines ilustrativos. |
Puesto que el Padre es experto en el acompañamiento espiritual y psicológico de los sacerdotes, nos está ayudando a introducirnos en la realidad -no en lo ideal- de la vida de nuestras relaciones interpersonales en el presbiterio, más que entre los pastores y los feligreses. Además, nos está ofreciendo pistas para solventar mejor y mejorar nuestras carencias.
En el curso están participando el episcopado entero y un buen número de sacerdotes, procedentes de los diversos rincones del país. Además están participando los estudiantes de teología de ambos seminarios, adaptando las ponencias a sus propias circunstancias de formación en el Seminario.
La experiencia está siendo muy provechosa, no sólo para exteriorizar nuestras realidades sino también como oportunidad de comunión presbiteral a nivel nacional.
Al final de la tarde, como culmen de la actividad cotidiana, celebramos la Santa Misa, presidida por uno de los obispos de la comisión episcopal del clero: ayer presidió la celebración Mons. Víctor Hugo Palma, obispo de Escuintla; hoy presidió Mons. Gonzalo de Villa, obispo de Sololá-Chimaltenango.
Mientras estábamos hoy en el trajinar del curso, recibimos la noticia de la muerte del P. José Toribio Santizo, de nuestra Diócesis de Sololá-Chimaltenango. El Padre había estado con grave quebranto de salud y hoy ha entregado su alma a Dios. Mons. Gonzalo hizo memoria de él y le encomendamos en la Santa Misa.
En su lucha, como recalcó Monseñor, fue fiel en el ministerio sacerdotal. Pensé para mí: Dios me conceda, como a él, ser fiel en el ministerio sacerdotal hasta el último suspiro, lo que pido también para todos los sacerdotes. Dios premie su entrega total.
Mañana seguiremos con el curso.
BENDICIONES A TODOS NUESTROS SACERDOTES ANIMO Y BENDICIONES!!
ResponderEliminarEncomendados Padre.
ResponderEliminar