El pasado 7 de agosto falleció el P. José Luis Olmedo, sacerdote del clero de Santa Ana, El Salvador.
Yo le conocí ya mayor. Escuché varias historias de su gran ministerio sacerdotal y cómo fue sacrificado y ejemplar siempre. Además de desprendido, tenía gran sentido del humor. Y siempre pensaba en los sacerdotes. Varios le tenían de confesor.
Aún ya mayor y cansado, seguía ayudando ministerialmente. En verdad, es una envidia morir trabajando. El P. José Luis, que confiamos está ya en el Cielo, interceda por nosotros, especialmente por estos sus colegas sacerdotes.
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