El Señor se queja de que se le busque no por los signos sino por el alimento que comieron de gratis el día anterior, en la multiplicación de los panes y de los peces. San Agustín comenta: "Me buscan por motivos de la carne, no del espíritu. ¡Cuántos hay que buscan a Jesús, guiados sólo por intereses materiales! (...). Apenas se busca a Jesús por Jesús".
En verdad, es dura esta acusación. Y tú y yo: ¿buscamos a Jesús por lo que nos da o por Él mismo? Hagamos una cosa: procuremos en nuestra siguiente oración no pedirle nada, sino acompañarle, consolarle, alabarle; pero no le pidamos nada para ti y para mí.
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