A todos los sacerdotes del mundo:
Elegidos de Dios para ser administradores de la gracia de Dios. Gran poder que no se consigue por mérito propio sino nos es dado por gracia.
Gran poder, que lo he visto hoy simbólicamente en una costumbre en Baños de Río Tobía: durante el canto del Gloria, en la Misa Vespertina de la Cena del Señor, el juez y el alcalde del Ayuntamiento -no sé cuáles son los títulos que ostentan-, le entregan al sacerdote sus varas edilicias, que simbolizan el cargo y el poder que representan. Claro, el sacerdote no se los devuelve...; bueno, lo hace pero al domingo de Pascua.
El sacerdote es la referencia religiosa y moral de todo un pueblo, de su parroquia. ¿A quién más podrían acudir? Esa es la maravilla que Dios ha querido.
Felicito a todos los sacerdotes. A todos, por haber dicho que sí a la invitación del Señor a ser ministros suyos, por haber sido valientes, por seguir siendo valientes en la labor pastoral confiada. Por supuesto, a los Obispos en primer lugar.
Dios les bendiga, les mantenga fieles, nos mantenga fieles. Un fuerte abrazo y...
¡FELICIDADES EN ESTE DÍA SACERDOTAL, EN EL AÑO SACERDOTAL!
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