Un libro es un buen amigo, un amigo sabio. Nos transmite su sabiduría. Como a los amigos, hay que saber escogerlos -por ejemplo, consultando a alguien que conozca-.
Invito a todos los que se dignen leer esta entrada a seguir leyendo, a tomar el hábito de la lectura quien no lo tenga, prefiriéndolo a otros medios de comunicación.
Ojalá, al menos en la intención, pudiéramos llegar a pronunciar las palabras que se le atribuyen a Pascal, cuando se estaba muriendo: '¡Qué pena morirse cuando aún queda tanto por leer!'
Un saludo cordial al P. Ángel, ávido lector, y a mis amigos en Pamplona, que tienen por aliados a los libros para sacar una flamante tesis.
Agradezco el saludo libresco y te deseo un eficaz trabajo en la tesis ¡que todo vaya saliendo!
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