Mientras esperaba a los comensales para desayunar, en el Seminario Mayor de La Asunción, en Guatemala, me entretuve viendo tres diarios. Lo que puede suponerse que aparecía, daban noticias de la preparación del cónclave, los candidatos "más fuertes" a Sumo Pontífice, anécdotas sobre los cónclaves... En fin, entretenido, pero vemos que los periodistas, si no copian de una buena noticia de otra agencia de viajes, corremos el peligro de tener que sufrir su falta de cultura en lo que informan.
Cuando pasé por mi casa, de vuelta a casa (Seminario), pasé saludando cinco minutos a mis papás. Mi mamá me dijo, con cierta extrañeza, de que aún no había salido en nuevo Papa. Le expliqué, en breves frases, que eso tardaría un poco, que tenía yo las esperanzas de que mañana podía salir elegido el nuevo Pontífice o, en dado caso, podía ser el jueves. Entonces se quedó más tranquila.
Lo que es cierto es que hay tanta gente, tantos cristianos, que rezan por los Cardenales -dicen algunos que para que obedezcan al Espíritu Santo- y por el nuevo Pontífice. A todos nos importa, todos salimos ganando, pues afecta también a los no creyentes, a los llamados "hombres de buena voluntad".
Así, pude celebrar hoy la Misa "pro eligendo pontifice" que ofrece el misal latino. ¡Qué unido me sentí con toda la Iglesia.
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