Me recuerdo de la primera vez que acolité,
estando ya en el Seminario Mayor: me tocó llevar el incensario. Era el lejano ―cercano para mí― año 1993. Era la Misa Crismal. Mis
papás estuvieron presentes. Para mi mamá, a quien quiero tanto, mi
participación no pasó desapercibida. Al finalizar me dijo, en kaqchikel, lo que
traduzco aquí: “Lo hiciste bien. Sólo falta que levantes la mirada cuando
avanzas y no mires al suelo”...
Conseguí este video que ayuda a
concientizar a los acólitos a participar de la mejor manera posible en la
celebración eucarística, y les recuerda el importante papel que juegan ayudando
al sacerdote y al pueblo.
Ya me gustaría que los acólitos ―también
los pequeños en las parroquias― asistieran a la celebración con cada vez más
lograda piedad y atención. Este video ayuda también para la formación de los
acólitos.
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