Lo que pretende este encuentro es una comunión y un estrechar lazos de fraternidad, consolidar la conciencia de que formamos parte de una misma institución que tiene la misión de formar a los futuros sacerdotes de este querido país Guatemala. ¡Más de trescientos seminaristas!
Hubo muchas actividades. Llegamos a Quetzaltenango el viernes por la tarde. Los formadores y seminaristas de la Filosofía nos recibieron con los brazos abiertos con música, convite, bombas y vivas. A pesar del frío propio del lugar y de la época, el recibimiento fue caluroso. Después de cenar y de rezar las Vísperas, nos presentamos formadores y seminaristas (estos, por diócesis: me alegró mucho que la de Sololá-Chimaltenango tuviera 13 seminaristas en las distintas etapas). Entonces, el Señor Nuncio, invitado especial, ya estaba entre nosotros.
A la mañana siguiente rezamos la oración de Laudes, presidida por el Nuncio. Todo muy solemne. Después de desayunar hubo unos pocos actos, entre ellos el testimonio vocacional del Nuncio. Conocemos la capacidad de comunicación del Nuncio, su testimonio valioso que arrastra, su diálogo ameno, además de su buen castellano. Por la tarde, después del almuerzo, tuvimos competencias deportivas en las distintas ramas tradicionales. La presencia y participación de los formadores fue alegre y divertida, ayudó a confraternizar mejor. Por la noche hubo acto cultural y celebración del cumpleaños del P. Rómulo, formador del Propedéutico.
Para mí fue una experiencia nueva por doble motivo: por un lado, me tocó esta actividad por primera vez como formador del Seminario de La Asunción; por otro lado, el lugar fue el que ocupa el antiguo Colegio Seminario de San José, dirigida por los PP. Benedictinos. Fue muy emotivo para mí volver a aquel lugar que hace más de veinte años fue mi hogar, con tan excelentes formadores, de quienes guardo un gratísimo y agradecido recuerdo. En determinado momento me tomé el tiempo para ir a rezar al Cementerio en donde están enterrados mis antiguos formadores: P. Patricio Greene, P. Matías Zinkan, P. David Palmatier y P. Carlos Quintana. Vino a mi memoria muchos recuerdos de aquellos años y lo que supuso para mi camino vocacional.
Ayer, domingo, ya regresamos a casa, muy contentos de la experiencia. Ahora, trabajo normal, bien alegres del camino que Dios nos tiene recorriendo. Les dejo con algunas fotos del encuentro.
Con este convite nos recibieron los alumnos de Filosofía. |
El comedor lucía de esta manera, con los más de trescientos alumnos. |
Las largas mesas de comensales. |
Con el arte de los maestros de la marimba, la marimba del Seminario, cenamos alegremente. |
La capilla del Seminario Menor San José luce así de noche. |
En la presentación por diócesis. Aquí, las de Jalapa y Jutiapa. |
El "P. Chomo", que estaba de cumpleaños el sábado. Junto, el Señor Nuncio de Su Santidad. |
En el acto cultural de la noche, homenajeando al cumpleañero. |
Parte del acto cultural, con la creatividad de los alumnos de teología. |
En la cena de gala la noche del sábado. |
Al regresar, el volcán Santiaguito nos regaló esta imponente estampa. |
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