Recientemente me llegó un video motivacional del que podemos aprender algunas cosas, sobre todo a valorar y disfrutar de lo que tenemos y de lo que hacemos. Transcribo:
Hoy estuve pensando en la mala costumbre que tenemos los seres humanos de valorar algo solamente en su ausencia. Valoramos el dinero cuando nos falta. Valoramos el tiempo cuando estamos muriendo. valoramos la familia cuando la perdimos. valoramos el frío cuando hace calor y deseamos que haga calor cuando hace frío. Nos quejamos porque tenemos que ir a trabajar y si no tenemos trabajo también porque nos falta, y entonces es cuando se valora el trabajo sea cual sea.
... Solamente cuando recibimos un golpe bajo, dejamos de posponer la vida para después. Vivimos de recuerdos del pasado, o anhelando un futuro que ni sabemos si vamos a alcanzar... (Nos quejamos de todo lo que nos falta y nos olvidamos de disfrutar de lo que tenemos... El ayer ya pasó y el futuro es incierto. Solamente nos queda vivir aquí y ahora y sembrar lo mejor que tengamos, confiando en que vamos a cosechar lo mejor después.
Hasta aquí lo que se lee en el video. Y entra en la proposición concreta de disfrutar lo que tenemos y de lo que hacemos. Miremos siempre lo positivo, porque siempre lo hay.
No quiero contradecir con esta entrada lo que dice la primera lectura de la Misa de mañana, tomada de la Carta a los Hebreos (4,12-16), sobre la eficacia de la Palabra de Dios para iluminar nuestra vida, sin necesidad de prestar pensamientos a los demás. Un creyente puede encontrar allí lo que necesita.
Disfrutar el momento, como esta muchachita baterista.
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