La sonrisa auténtica y natural del Papa Francisco. |
¿A qué viene esto? Es que hoy, particularmente, me he fijado en un regalo que tengo en el Seminario: la convivencia no sólo con los seminaristas sino con los formadores es muy pero muy fraterna. Hoy la cena fue entre risas y más risas, como en muchas ocasiones.
Viene a mi memoria aquella película de Juan Manuel Cotelo "La Última Cima". En el inicio, preguntan a varias personas en España: "¿Ha visto a algún cura alegre?" La mayoría, tras pensarlo un poco, dice que no. Los sacerdotes deberíamos ser los más alegres. Todos, porque somos hijos de Dios.
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