En su homilía, un sacerdote venerable nos decía que nosotros debemos también dejar que el Espíritu nos conduzca por este "desierto cuaresmal". Es posible que Jesús no tuviera ninguna gana de ir al desierto, pero debía ir. A nosotros quizá tampoco nos agrade mucho pensar en la conversión y en la penitencia a que nos llama este tiempo.
¿Penitencia? ¿Qué podemos hacer de penitencia durante esta Cuaresma? Nos proponía el predicador cuidar mejor la fraternidad, dejando a un lado el egoísmo de pensar en uno mismo y hacerlo todo ofreciéndolo a Dios. Eso nos llevará, por ejemplo, a hacer los favores sin esperar que nos lo agradezcan -para que nuestro Padre que ve en lo secreto nos recompense-, buscar hacer los favores.
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