Lc 8,1-3: “[A Jesús] lo acompañaban los Doce y algunas mujeres que él había curado de malos espíritus y enfermedades: María la Magdalena, (…) Juana, (…) Susana y otras muchas que le ayudaban con sus bienes” (vv. 1c-3). Comenta san Jerónimo: “Asistían de sus bienes al Señor para que recibiese de ellas las cosas temporales, mientras ellas recibían de Él las espirituales. No porque el Señor necesitase comer a costa de sus criaturas, sino para ser el modelo de los maestros, los cuales deben contentarse con el alimento y el vestido de sus discípulos” (In Mat. 27,55).
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