Portada de la revista conmemorativa |
Ha sido un gran día de acción de gracias, lo que resaltó Mons. Gonzalo de Villa en su homilía de la Misa y luego el P. Jesús Sarasa en su ponencia: de tener 1 sacerdote incardinado en la Diócesis ese año de erección, ahora tiene casi un centenar; de no tener infraestructura propia para los trabajos institucionales de Iglesia -incluidos los templos parroquiales-, hay mucho construido ahora, gracias a la generosidad de tantos bienhechores conocidos y ocultos; de no tener casi vida comunitaria activa en la Iglesia, a tener numerosos movimientos eclesiales; de no tener vocaciones sacerdotales y religiosas, a tener muchas, por la gracia de Dios.
No es trabajo de uno sólo, no es fruto del esfuerzo humano sólo, sino sobre todo de la gracia de Dios y de la escasa -pero plena- correspondencia de a quienes Dios dio la oportunidad.
Mucho hay que agradecer y mucho hay que trabajar para hacer fructificar esta gracia de Dios.
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