— ¿Qué dices?
     — Así es: “cumplo años” cada cuatro años.
Es que nací un 29 de febrero.
     Y le tomaba el pelo diciéndole:
     — Si cumples ahora “veintitrés” años, es
que en realidad tienes exactamente 92.
     Se reía a carcajadas mi interlocutor.
Pobres, cada año deben buscar en qué día celebrar su cumpleaños.
     Aunque sea un día “de más” en este año, sin
embargo el trabajo no disminuye, y la oportunidad de “vivir de cara a Dios”.
     ¡Y se va el mes de febrero!

 
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