Hoy tengo la cabeza un poco en offside.
¿Se deberá a que ayer desmitifiqué al Diablo? Es uno de esos momentos en
que no se te ocurre nada; ahora me da no sólo pereza sino un poco de miedo a
razonar, porque puede ocurrírseme cualquier cosa y desvariar... Incluso, no sé
si lo que estoy escribiendo es correcto...
Encima, dentro de un rato, tendré un “mi”
buen tiempo de Confesiones; no sé si escuchar tanta porquería ―eso
es el pecado― me vaya a afectar.
En medio de este abismo de inconsciencia ―que
me hace ausentarme del mundo de los que piensan― sí puedo lanzar algún piropo a
la Virgen, hoy que celebramos a Nuestra Señora de los Ángeles.
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