Hoy, fiesta de la Virgen de Guadalupe, fue
un día especial por el acontecimiento que compartí con un grupo de sacerdotes,
de lo que quería dejar constancia en estas líneas.
Llevo muchos años compartiendo trabajo con
el P. Alfredo Chavajay, quien ahora ha sido nombrado párroco de la parroquia de
Santiago Atitlán. Como es lógico, ya hacía tiempo que sabíamos la noticia, pues
compartía el trabajo con nosotros, y ahora le hemos acompañado para su toma de
posesión. Literalmente, ha salido del Seminario (hoy se llevó sus cosas de
aquí) para ir al pueblo que se le encomienda.
Era la primera vez que asisto a una toma
de posesión ―ahora se está formalizando todos estos asuntos de
administración en la Diócesis―. ¡Sin palabras...!
Quien celebró
la Santa Misa y dio la toma de posesión fue el P. Regino, Canciller de la
Diócesis.
Quien deja la
parroquia es el P. Rolando, que estuvo allí durante tres años de párroco. ¡Cómo
le quiere la gente! Pero también de manera modelo ha aceptado al nuevo párroco.
Se escuchaba que podía haber cierta tensión en la feligresía por el cambio,
pero quedé admirado de como sucedió todo.
A los “atitecos”,
espero que se consuelen pronto de la despedida del P. Rolando con la bienvenida
del P. Alfredo.
Felicitaciones al nuevo párroco, P. Alfredo, con mis mejores deseos de un fecundo ministerio parroquial y... ¡ojalá no cuelgue los libros!
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