Una magnífica y ocurrente acuarela: ¿qué ven allí? |
Así nos ha sorprendido hoy la lecturaevangélica de la Misa: “Te doy gracias, Padre” (Mt 11,25). En muy pocas ocasiones se recoge en los
evangelios la oración de Jesús, tal como le salía. En otra, dijo: “Cuando oren,
digan: Padre…” (Lc 11,2). Hoy lo sugerí predicando en un retiro. Y me pareció
más sencilla, más ligera, más espontánea la oración.
También tuvimos la alegría de que en el
Seminario nos vinieran a visitar los feligreses de Tecpán Guatemala, los
miembros de la Asociación Amigos del Seminario que cada vez va siendo un grupo
más nutrido. Vinieron en un bus a buena hora de la mañana.
Tuve el gusto de celebrar, con la piedad y
solemnidad de que fui capaz de hacerlo, la Santa Misa en que estuvieron ellos
también. Es verdaderamente un gusto celebrar la Misa en domingo aquí, con la
pausa y la dignidad con que intentamos hacerlo.
Los seminaristas, en cambio, durante unas horas
de la tarde, tuvieron el gusto de ir de excursión, por grupos, a distintos
lugares cercanos al Seminario. El objetivo era lograr un esparcimiento sano, un
rato de mayor convivencia entre los compañeros, retomar fuerzas para iniciar la
semana laboral. ¡Qué cara de alegría tenían!
Ciertamente, durante el día hubo tiempo
para rezar, tiempo para hablar despacio con quien lo necesitaba y confesar un
rato, tiempo para descansar un poco haciendo un rato de deporte, aunque no al
nivel de los futbolistas que se están rifando el pellejo durante estos días,
pues sienten la presión de ser vistos y se juegan el futuro en estas
contiendas.
Ahora, antes de ir a descansar —con el propósito
de comenzar con buen pie el día lunes, que promete trabajo abundante—, escribimos
estas últimas letras, no sin agradecer a Dios lo que nos ha regalado hoy —hablando
sin cursilerías— especialmente su Gracia.
Ahora, antes de ir a
descansar —con el
propósito de comenzar con buen pie el día lunes, que promete trabajo abundante—, escribimos estas últimas letras, no sin agradecer a Dios lo que
nos ha regalado hoy —hablando sin cursilerías— especialmente su Gracia.
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