Los últimos días de un curso académico son verdaderamente entretenidos. Los jóvenes seminaristas se fueron de vacaciones hace tres semanas, nada más y nada menos... Una semana ha sido para terminar de cumplimentar unas cosas, otra para el encuentro de los que quieren ingresar al Seminario el otro año, una semana más entretenido en terminar de redactar papeles y visitar unas amistades... En fin, se ha pasado el tiempo rápidamente: como con la imagen, personalmente estuve con el pensamiento en el tiempo, midiéndolo con exactitud.
Mientras tenemos el pensamiento en el otro año, también estamos preparando cosas para los diversos compromisos. Dos tengo por delante: predicar el retiro de Ordenación diaconal a Fredy, un amigo que ha recién terminado sus estudios, y ayudar sacerdotalmente a un sacerdote amigo durante unos cuantos días en la Diócesis de Quiché. O sea que no habrá tiempo para perder.
Los seminaristas están ahora en su mes de pastoral en sus distintas diócesis. Estarán contentos de haber acabado el año académico y entretenidos en lo que les corresponde hacer en las comunidades en que están. Se han merecido bien su descanso.
Les agradecemos a todos los que directa o indirectamente han ayudado al Seminario, a ustedes que nos han ayudado con su oración tan valiosa. Sígannos ayudando, pues es tarea de todos.
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