Es un tiempo de preparación para tener un corazón bien dispuesto al Nacimiento de Jesucristo en Belén, la noche del 24 de diciembre. Hay tiempo para prepararnos bien, pero hace falta que nos pongamos ya a ello, porque el tiempo se pasa “volando”. Se pasan rápidas especialmente estas cuatro semanas cortas que nos separan de la Navidad.
Además, comienza la Novena a la Inmaculada Concepción. Intentemos, tú y yo, ofrecer a la Virgen una “rosa” (algún detalle que pueda agradarle a nuestra Madre) cada día de este novenario, en el que saldremos ganando más nosotros.
Mientras, yo la he pasado en grande en compañía de los padres Ángel y Luis, en Villamediana. Aunque nos hemos sacado esta foto por iniciativa del P. Luis, foto que incluye en su nuevo blog -así es, ¡ya tiene un blog el P. Luis! (pincha AQUÍ)- yo también me alegro de subirla.
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