Les comento que aquellas charlas sobre la Biblia que debía dar en Nahualá fueron “un éxito”. Bueno, todo lo que se encomienda, aunque humanamente sean un fracaso, siempre es algo que agrada a Dios y tiene frutos, siempre. ¿Y de qué cosas hablé? Prefiero dar unas charlas sobre “Introducción a la Sagrada Escritura” para ir dando elementos para leer con provecho la Biblia, es decir, sobre la geografía, la cronología, las lenguas de la Biblia y los materiales que se usaron para escribir en la antigüedad. Ha sido “simpático”, con aquellas gentes sencillas –alguno no sabía ni siquiera leer ni en español ni en “kiché”– y con ánimos de saber algo más.
Hoy hemos tenido una hora “radial” de “diálogo”, tirando más a monólogo, sobre la divina revelación, haciendo más énfasis en la revelación contenida en la Biblia. Lo tuvimos en “los estudios” de la radio diocesana. Ésta sería la segunda experiencia de hablar por la radio; la primera, no fue tan “agradable”, pues no me desenvolví bien.
Todo comenzó porque el P. Aurelio, delegado diocesano de catequesis, animador también de la lectio divina, me sugirió que tuviéramos algún programa de radio sobre la Biblia. Sin contemplaciones sobre lo que pudiera constituir de trabajo extra, le dije que sí. Pensé que sería una vez nada más… Ahora ya me “amarré” para una vez al mes.
Estaba preocupado por si había estado bien la intervención… Menos de una hora después, en un lugar distinto, me encontré con el director de la radio, el P. Edgar; me dijo: “¿qué dice si cada semana tenemos este programa…?”
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