Con ilusión, mía y también de los protagonistas, veía a los jóvenes que vinieron a convivencia al Seminario realizar su retiro espiritual. Hay quienes ya sabían de qué se trataba y les removía el tema y la fuerte impresión del silencio que se observa, clima perfecto para poder hablar con y escuchar a Dios.
Ahora a mí me toca. A partir de mañana hasta el jueves, iré a Karmel Juyú, un sitio cerca de San Andrés Semetabaj, a gozar de la paz del lugar. Karmel Juyú es una casa de retiros atendida por Religiosas Carmelitas (“Juyú” significa “monte”: es la traducción al kaqchikel de “monte Carmelo”). Iremos una veintena de sacerdotes y tendremos como predicador a Mons. Gonzalo. El sitio es impresionantemente bonito, pues se sitúa en la cima de un monte y se tiene a los pies el maravilloso lago de Atitlán. Espero poder lograr alguna buena foto.
Ya necesitaba un tiempo así. Espero poder aprovecharlo para dedicarme más al trato con Dios en la Liturgia, la oración y el descanso. Les pido sus oraciones para que nos cale algo...
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