A mí me han enseñado a amar al Papa, sea
quien sea, puesto que es el Vicario de Cristo, ‘el dulce Cristo en la tierra’,
como repetía Santa Catalina de Siena. Si estás con el Papa, estás con Cristo.
Junto con San Josemaría puedo clamar: “Gracias, Dios mío, por el amor al Papa que has
puesto en mi corazón” (Camino 573).
No hay comentarios:
Publicar un comentario