miércoles, 6 de febrero de 2013

"Alimentar la fe"


     El Santo Padre, en su homilía en la fiesta de la Presentación del Señor, invitó a los religiosos, ellas y ellos, a “alimentar una fe capaz de iluminar su vocación. Por eso les exhorto a hacer memoria, como en una peregrinación interior, del ‘primer amor’ con el que el Señor Jesucristo ha encendido su corazón, no por nostalgia, sino para alimentar esa llama”.
     San Pablo exhortaba a Timoteo a reavivar el don de dios que le fue conferido por la imposición de las manos (cfr. 2Tm 1,6).
     Cuando los esposos sienten que el amor inicial se ha ido gastando –regularmente por la rutina y el descuido-, recordar su inicio puede rescatar lo que parece estar al borde de la ruina.
     El sacerdote, el religioso y todo el que busca estar cerca de Dios, no renuncia a un amor –no es un “desamorado”- sino alguien que se ha enamorado del Amor.
     Los que optamos por Dios hemos de volver continuamente a ese enamoramiento que Dios hizo con nosotros; así reavivaremos el sentido de nuestra vida y la fe con que nos agració.

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