"La Sagrada Familia del Pajarito", de Murillo. |
Hoy he dado unas clases de Cristología, es
decir, sobre el misterio de la Persona de Cristo, pero en su dimensión de Salvador
(soteriología). Como en ocasiones, he disfrutado explicándolo.
Con cierta amplitud lo he hecho, pero en
el Catecismo se encuentra también explicado maravillosamente, según encuentro
al repasar. Por ejemplo, en los números 516 a 518 explica que toda la vida de
Cristo es Revelación del Padre, es Misterio de Redención, es
Misterio de Recapitulación.
Podríamos preguntarnos: ¿”todo”? Pues, SÍ.
Es que todo, en la vida de Cristo, es consecuencia de su obediencia al Padre,
que le envió a esta tarea de nuestra salvación. Así dice el número 519 del
Catecismo: “Toda la vida de Cristo es para todo hombre y constituye el bien
de cada uno (RH 11). Cristo no vivió su vida para sí mismo, sino para
nosotros, desde su Encarnación” hasta el día de hoy, sentado a la derecha
del Padre, intercediendo por nosotros.
¿“Todo”? Sí: la familia, la amistad, el
trabajo, el descanso, el cansancio...
Esto es una maravilla, pero lo es aún más
cuando consideramos que no sólo lo hizo por amor nuestro sino que nos une a Sí
y nos hace partícipes de su Gracia, de su Vida...
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