Hay mucho camino por delante para lograr
la concordia entre los pueblos, pero también entre los habitantes del pueblo,
especialmente si hay distinción entre ladinos e indígenas, como suele ser en
Guatemala.
A los indígenas, de verdad, les ha tocado
muchas veces intentar demostrar su dignidad y sus valores ante los que los
desprecian. Quizá haya razón alguna en ocasión, pero no debería ser así. Todos deberían
aceptarlos.
Pero, por otro lado, a veces el indígena,
para autoblindarse o por revanchismo, utiliza las mismas armas con que ha sido
herido, y viene a caer en los mismos defectos, sobre todo el de despreciar a
los demás por raza.
Ojalá todos formáramos un solo cuerpo, una
comunidad integrada en el que todos contribuyen con todo, en el que todos son importantes.
Eso sí, nos toca a cada uno poner lo mejor que tenemos para el servicio de los
demás.
Me venía esto a la menta por el video que
enlazo a continuación, de una niña náhuatl, Natalia Lizeth López, orgullosa de sus valores,
en un bello discurso que pronunció en un concurso.
¡Vamos a la Jornada Diocesana de la Juventud...!
¡Vamos a la Jornada Diocesana de la Juventud...!
Muy bonito discurso, pero ¿por qué dice: '¿por qué adoptamos fiestas extranjeras como el Halloween y la Pascua?' ¡La Pascua no es una fiesta extranjera! Es el fundamento de la fe cristiana.
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