Encontré este interesante artículo en Aleteia. ¿Han pasado alguna vez que a sus hijos les encanta un juguete..., sólo mientras le dura la sorpresa, y luego lo abandona? Así se van amontonando juguetes que ya nunca usa. En cambio, le va entrando las ganas de tener más, aunque no lo use. Lean este trozo. De seguro que el tema les interesa. Pueden leer más en este sitio.
"Por Navidad, le regalé a mi hijo de 5 años, apasionado de las espadas, un surtido de espadas y sables láser de Power Rangers y Star Wars. Estaba eufórico con sus espadas el día de Navidad y durante una semana o dos después. Sin embargo, rápidamente perdió interés en ellas y terminaron en el cubo de los juguetes rara vez usados, junto a otros antiguos juguetes favoritos (todos los que, en un momento u otro, fueron descartados en favor de una buena rama de árbol). (…)
La revista Quartz compartió recientemente un estudio elaborado en la Universidad de Toledo (Ohio) que me tranquiliza enormemente en cuanto a la obsesión de Lincoln con los palos. El estudio descubrió que es significativamente mejor para los niños jugar con menos juguetes (un palo, por ejemplo) en vez de con muchos".
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