lunes, 30 de noviembre de 2009

Hemos comenzado el Adviento

Tiempo de alegría y de esperanza, tiempo de espera vigilante porque Cristo viene. Sin embargo, el tiempo del Adviento con el que comenzamos el nuevo año litúrgico, no tiene connotaciones de temor o apocamiento, incluso cuando se recuerde la segunda venida de Jesucristo.

Es un tiempo de preparación para tener un corazón bien dispuesto al Nacimiento de Jesucristo en Belén, la noche del 24 de diciembre. Hay tiempo para prepararnos bien, pero hace falta que nos pongamos ya a ello, porque el tiempo se pasa “volando”. Se pasan rápidas especialmente estas cuatro semanas cortas que nos separan de la Navidad.

Además, comienza la Novena a la Inmaculada Concepción. Intentemos, tú y yo, ofrecer a la Virgen una “rosa” (algún detalle que pueda agradarle a nuestra Madre) cada día de este novenario, en el que saldremos ganando más nosotros.

Mientras, yo la he pasado en grande en compañía de los padres Ángel y Luis, en Villamediana. Aunque nos hemos sacado esta foto por iniciativa del P. Luis, foto que incluye en su nuevo blog -así es, ¡ya tiene un blog el P. Luis! (pincha AQUÍ)- yo también me alegro de subirla.

Saludos y feliz Adviento.


viernes, 27 de noviembre de 2009

El otoño y las postrimerías

¡Cuántas hojas caen todos los días durante el otoño! Los servicios encargados recogen, decían las noticias, 112 toneladas de hojas diariamente… ¿Pueden imaginarse? Cuando voy a la Universidad, cual campus está poblado de árboles, se ve el progreso de “deshojización” que sufren tales árboles. Cada día hay menos hojas en las ramas y más en el suelo. La vista de los universitarios se recrea –cuando se fijan– con el espectáculo de colores que ofrece la estación y el sol maravilloso y tímido que baña las tardes, cuando se deja ver…

Eso sí, ha removido mi corazón leer una consideración espiritual en Camino: “¿Has visto, en una tarde triste de otoño, caer las hojas muertas? Así caen cada día las almas en la eternidad: un día, la hoja caída serás tú” (n. 736).

Ahora que estamos en este final del año litúrgico, prontos a comenzar nuevamente el ciclo C, la Iglesia nos recuerda las realidades últimas que afectan y afectarán a todo hombre. Si te ha estremecido la consideración anterior, tú me dirás qué tal la siguiente: “Hay infierno. –Una afirmación que, para ti, tiene visos de perogrullada. –te la voy a repetir: ¡hay infierno! // Hazme tú eco, oportunamente, al oído de aquel compañero… y de aquel otro” (n. 749).

jueves, 26 de noviembre de 2009

La vida y la muerte

Todavía estamos en noviembre, sin aún haber comenzado el tiempo de Adviento, y ya se respira un ambiente comercial navideño.

Puesto que todavía estamos en el mes de noviembre, en los últimos días, escribo todavía unas breves líneas sobre las postrimerías, sobre el fin del hombre.

Ha venido a mi memoria una película titulada “Amar la vida”, en la que Emma Thompson interpreta magistralmente el papel de Vivian Bearing, una distinguida profesora universitaria de literatura inglesa. La vida de esta intelectual da un vuelco al enterarse que tiene un cáncer terminal. Los libros y su inteligencia han creado alrededor de ella una burbuja protectora, que se rompe al toparse con el duro golpe que la vida le depara.

Sus estudios y su cátedra se inclinaron por la poesía inglesa del siglo XVII, especialmente por John Donne. Un poema sirve para hilar la película mencionada, poema que escribiré más abajo.

Como decía, considerando las postrimerías, nos viene bien pensar en lo que nos vendrá inexorablemente a todos, a su debido tiempo.

Éste es el poema: “Muerte no te enorgullezcas, / aunque algunos te llamen poderosa y terrible, / puesto que nada de eso eres; / porque todos aquellos a quienes creíste abatir no murieron, / triste muerte, / ni a mí vas a poder matarme, / esclava de lado, / la fortuna, los reyes y los desesperados, / si con veneno, guerra y enfermedad y amapola o encantamiento / se nos hace dormir tan bien y mejor que con tu golpe, / de qué te jactas, / tras un breve sueño despertamos a la eternidad y / la muerte dejará de existir, / muerte morirás” (John Donne).

lunes, 23 de noviembre de 2009

La universidad en donde estudio

Un corte comercial...

Algunos me han preguntado -no ahora, sino antes- cómo es la universidad en la que estudio. Hay que verlo, efectivamente, porque una imagen vale más que mil palabras. Además, las ideas ahora no fluyen naturalmente, ni de los dedos ni de la mente, por lo que dejo paso al video.

sábado, 21 de noviembre de 2009

Día de Ordenaciones en Sololá

Hoy es un día que marcará la vida de los cuatro que han sido ordenados presbíteros en la Catedral de Sololá. ¡Qué emoción ser testigo de este acontecimiento!

Alguno dirá: “Pero…, ¿cómo?, ¡si está en España!”. Efectivamente. Pero los avances de la tecnología, y la Iglesia que hace un uso ejemplar de ellos, nos han permitido estar en sintonía de Radio Sololá, que ha transmitido la celebración por internet. He escuchado un rato la transmisión y me he conmovido, como lo haría cualquier persona presente en la Catedral, que estaba a rebosar, como hemos escuchado el comentario. También he ido ante el Sagrario a agradecerle a Dios este nuevo regalo.

Estaban los padres de los neopresbíteros, a quienes tengo el gusto de conocer también. Conozco a Mynor Tagual, a Tomás Santos Cux, a Walter García y a José David Ajín, ahora nuevos presbíteros. Jóvenes todos, llenos de mucha ilusión por la vida pastoral, que comenzarán de una nueva forma, de la que sacarán partido para santificarse también.

Me llevé gran sorpresa al escuchar que el P. José David ayudará en Chichicastenango, en la Diócesis vecina de Quiché. Efectivamente, la Diócesis de Sololá-Chimaltenango tiene la bendición de más sacerdotes; el Obispo, en consonancia con lo que la Santa Sede le ha pedido, cede algunos para ayudar en otras Diócesis que están más escasas de clero. Estando necesitada la Diócesis, ayuda a otras también necesitadas. ¡Esta es una concreción maravillosa del espíritu misionero!

Dios bendiga a los nuevos “padres”, a quienes envío un afectuoso saludo y una calurosa felicitación por su Ordenación, pidiendo al Dueño de la mies que los haga muy santos, santificando a tan necesitada y bendecida grey de Sololá-Chimaltenango. Un saludo también al Seminario de la Diócesis, que ha ayudado a que este día llegue.

viernes, 20 de noviembre de 2009

Un saludo cordial al P. Julio César Fernández

En el año sacerdotal, y un día antes de las primeras ordenaciones presbiterales en Sololá.

De 16 años de sacerdote que tiene, el P. Julio casi pasa a formar parte del inventario del Seminario, pues la mayoría de esos años los ha pasado allí. Siendo todavía estudiante de teología, formó parte del equipo que, con el aliento de Mons. Eduardo Fuentes, impulsó desde sus inicios el nuevo Seminario Menor, institución que ahora ya tiene 16 años cumplidos de prestar sus servicios a la Diócesis.

Fueron muchos años los que pasó al frente del Seminario Menor de la Diócesis de Sololá-Chimaltenango. Después de los acontecimientos difíciles del año 2006, el P. Julio quedó al frente del Seminario Mayor, del que ha sido rector hasta el presente ciclo académico de 2009. Han sido muchos años ayudando a la formación de los recientes sacerdotes.

Duro trabajo el de la formación, a veces poco comprendido. El Obispo confía al rector hacer que esas semillas de la vocación sacerdotal maduren y luego puedan dar mucho fruto. El formando a veces no se da cuenta de lo que cuesta portar esta “carga”.

Un saludo al P. Ángel Ma. Pascual, que fue rector del Seminario durante muchos años –ya hablaremos de ello–, y una felicitación al P. Víctor Ordóñez, nuevo rector del Seminario. Al P. Julio, felicidades porque podrá dedicar un poquito más de tiempo a la pastoral parroquial, que siempre es más gratificante, aunque el anterior trabajo es también muy importante, quizá lo es más por ser más escondido. Eso sí, depende de cuánto amor se ponga en hacerlo.

jueves, 19 de noviembre de 2009

Los corporales

En el año sacerdotal...

He tenido el gran gusto de recibir un regalo para la Primera Misa de un cuasi-presbítero: un corporal y un purificador tan primorosos, hechos a mano, que dará gusto celebrar con ellos. Incluso son más bonitos que los de la foto.

No es cursilería. Es muestra de fe y de amor cuidar los paños litúrgicos, así como todo lo que se refiere a la Liturgia. Nosotros, incluso humanamente cuidamos estar presentables, limpios de cuerpo y vestido; no querríamos pasar por descuidados, desaliñados.

“En cierto lugar de la Mancha, de cuyo nombre no me quiero recordar…”, se encuentra una iglesia preciosa, con un retablo espectacular recientemente restaurado e iluminado con profesionalidad, con una feligresía un poco “tri-dentina” –como diría el recordado Mons. Fuentes–, sin embargo piadosa y cantora, pero las cosas de la liturgia estaban descuidadas –no quiero describirlas–. La siguiente vez me llevé mis propios paños litúrgicos y pude celebrar con grandísimo gusto y piedad.

Antaño, los mismos sacerdotes se encargaban de limpiarlos y lavarlos, y ninguno delegaba tal obligación. Ahora pueden suceder dos cosas: o se lo dan a otra persona para que se encargue de ello –y lo puede hacer muy bien–, o simplemente no se hace.

La experiencia nos enseña que hay tiempo para todo lo que queremos.

martes, 17 de noviembre de 2009

El día de hoy, otra alegría

Mientras regresaba de la Biblioteca de la Universidad, con aire cansino por el trabajo del día, cuando iba llegando al portal de mi casa, se me acerca un joven.

-¡Oiga!
-Dime -le contesté.
-Es sacerdote, ¿verdad? -Venía yo con la camisa y mi cuello clerical, aunque en la noche no se distinguiría tan bien como en el día.
-Así es..., ¿por qué? -le pregunté-.
-¿Podría confesarme?

La verdad es que titubeé, porque en la más descristianizada España es la primera vez que me piden Confesión por la calle.

Antes de la Confesión, buscando el sitio menos indiscreto posible, le pregunté y me respondió que hacía una semana que se había confesado, y que quería hacerlo.

Alegría de sacerdote, porque el traje clerical ha servido para que me reconocieran y poder ayudar sacerdotalmente y al joven que me pidió confesarse, y que recibió el perdón de Dios por la absolución sacramental.

lunes, 16 de noviembre de 2009

Convivencia vocacional en el Mayor de Sololá

Hacemos eco a la convivencia vocacional que se realizó en Sololá, en el Seminario Mayor, convivencia muy prometedora para el siguiente curso académico, aunque seamos aguafiestas para los seminaristas, que dentro de mes y medio comenzará.

Han sido en total 36 candidatos, de los cuales 29 son de la Diócesis de Sololá-Chimaltenango. ¿Cuántos ingresarán? El número se cribará, con la luz del Espíritu Santo; pero depende tanto de los formadores como de los candidatos.

En la fotografía veo alguna que otra cara conocida, lo digo especialmente por los que han terminado el Bachillerato en el Seminario Menor, que gracias a Dios sigue dando sus frutos.

¿Son jóvenes que no han conseguido novia? ¿Acaso no tienen oportunidad de hacer otra carrera? ¿O quizá no tienen ganas de hacer otra cosa en la vida? ¡No! Ahora, cada vez más, se necesita de más coraje y decisión para lanzarse al agua en esta aventura divina.

Seguiremos encomendando que los indecisos, y que tengan que entrar, se animen al fin a ingresar. Saludos, nuevamente, a los seminaristas y a los formadores del Seminario.

viernes, 13 de noviembre de 2009

Convivencias en el Seminario Mayor

Desde este lado del Océano Atlántico enviamos un saludo cordial al Seminario Mayor de Sololá (formadores y seminaristas), también a los jóvenes que se están planteando ingresar el próximo año.

En esta semana, del 9 al 13 de noviembre, se está realizando la última convivencia vocacional del año, en la que se decide quiénes ingresarán al nuevo curso 2010. No tenemos noticias concretas sobre su desarrollo y el número de jóvenes participantes, pero confiamos en que sean abundantes. Hemos estado rezando por ello, incluso por alguno concreto por el que me pidieron que lo hiciera.

El video que cuelgo aquí me ha resultado simpático. Por eso lo pongo otra vez.

"¿Por qué no ser sacerdote?"

jueves, 12 de noviembre de 2009

Gozando el "veranillo de san Martín"

El calendario nos dice que estamos en el otoño, una estación enamoradiza y romántica para los jóvenes -menos para los que están preocupados porque se acercan los exámenes de fin de semestre-. Sin embargo, llevamos unos días de lluvia y cielo nublado, ¡casi ni nos recordábamos como era el sol!

Hoy mismo he escuchado de don J. que alrededor de la fiesta de San Martín de Tours (11 de noviembre) se da este fenómeno meteorológico: "el veranillo de San Martín".

Cuando el verano, queríamos que hiciera un poco de clima más benevolente. Ahora que ha habido lluvia en abundancia -beneficiosa, para llenar los "pantanos"-, nos desagrada...

La verdad es que hay que tener visión sobrenatural para dar gracias "por el hermano sol, que alumbra, y abre el día, y es bello en su esplendor (...). Y por la hermana agua, preciosa en su candor..."

Con todo, ahora con "placer", agradecemos este veranillo de San Martín... Los días grises nos ayudan a valorar los días claros... ¡Gracias, Señor!

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Felicitación al P. Luis Antonio

Ayer, 10 de noviembre, el P. Luis Antonio Foncea cumplió sus primeros 30 años de haber sido ordenado sacerdote. Alegremente le felicitamos por este modesto medio.

30 años se dicen pronto, pero en no pocas ocasiones cuesta mucho sacrificio. De estos 30 años, la Diócesis de Sololá se ha beneficiado de casi la mitad. Si bien, el don del sacerdocio siempre se renueva al celebrar la Eucaristía, se hace actual y no envejece, sin embargo podemos decir que los años más relucientes, los años jóvenes de su sacerdocio los gastó afablemente en Guatemala.

Lo que da un regusto de alegría es el buen recuerdo que se deja en los lugares por donde se pasa. En el caso del P. Luis, eso ha sucedido en Nájera -soy testigo de ello-, en Grávalos, en Guatemala y en El Salvador.

Gracias P. Luis por su labor sacerdotal, y sé que muchos se unen a mis sentimientos. Espero poder felicitarle personalmente pronto.
¡FELICIDADES!

Profesión de votos en San Andrés Semetabaj

En un pueblo algo escondido de Guatemala, en San Andrés Semetabaj, Sololá, hay dos conventos de Religiosas. Uno de ellos es el de las Hermanas Misioneras de la Eucaristía, fundada por la Madre Tonia (rip) hace ya casi treinta años. Está formada en su mayoría por mujeres indígenas que entregan su vida a la adoración a la Eucaristía y a la propagación del amor a Ella.

Se ha vuelto ya una tradición que cada 11 de noviembre, aniversario de la partida al Cielo de la Madre Tonia, las Hermanas renueven sus votos o profesen los votos perpetuos. Hoy no es la excepción. Once Hermanas renuevan sus votos, y ocho más harán los Votos Perpetuos.

Esta fotografía es del templo colonial de San Andrés Semetabaj.

Me han invitado a la fiesta, aunque tendré que conformarme con participar de su alegría desde la distancia. Tres de las que profesan votos perpetuos son paisanas mías, a las que he tenido el gusto de conocerlas y encomendarlas durante tanto tiempo.

Siempre estas fiestas me alegran sobremanera, pues son ejemplo maravilloso de entrega generosa, de confianza plena en el Señor: han encontrado un Amor, con mayúscula, superior al amor humano y lo han seguido sin reservas. La entrega de estas religiosas, como la de los que se ordenan sacerdotes, es un claro ejemplo de que los jóvenes son capaces de una entrega que empeña toda la vida, y que sólo entonces son completamente felices.

Felicito a mis tres paisanas. Felicito a las demás religiosas que hacen sus votos, perpetuos unas y temporales otras. Felicito a la Comunidad de Hermanas Misioneras de la Eucaristía. Y junto con esta felicitación mi oración sacerdotal.

Les debo alguna foto

martes, 10 de noviembre de 2009

El muro de Berlín

Para ver las fotos en grande, haz click sobre ellas.

El Muro de Berlín fue construido en 1961 y duró hasta 1989. Un muro de muchos kilómetros de longitud que dividió a una ciudad, pero que fue símbolo de la división de Europa y de la dominación comunista. Su caída fue un signo del fin de la llamada "guerra fría".

Justo ayer, 9 de noviembre, se cumplieron veinte años desde su caída.

Los políticos lo celebraron en grande. Ahora se "idoloza", en el sentido más genérico de la palabra, el papel que desempeñaron Ronald Reagan, Margaret
Thatcher y Mijaíl Gorvachov. Pero, ¿quién recuerda a Juan Pablo II y su papel decisivo en la caída del Muro?

Fueron años duros los que le tocó vivir en Polonia, durante la ocupación nazi, primero, y luego la comunista. Ya elegido Papa removió Cielo y tierra para hacer frente a la avanzada atea y nihilista, que oprimía la persona, en tantos pueblos.

La invertención del Papa fue decisiva, y no se ha de olvidar. Me recuerdo de aquel libro de Bernard Lacomte, titulado "Cómo el Papa venció al Comunismo". Clarificador en este tema.

¡Tanto hizo el Papa con su oración, su sufrimiento ofrecido y su intervención de pastor, también en la esfera política! Desde luego que se alegrará en el Cielo de este aniversario -aunque suene poco piadoso-.

domingo, 8 de noviembre de 2009

El óbolo de la viuda

El Templo de Jerusalén era magnífico, hermoso; era el centro al que convergían las miradas, las aspiraciones, la devoción de los corazones israelitas. Jesús estaba allí, dentro del Templo, en uno de los atrios. Quizá estaría descansando un poco de andar y de estar predicando, porque después hubo de llamar la atención de sus discípulos.

Aquellos escribas quizá buscaban el momento de mayor afluencia de devotos. Trece cepillos para las limosnas estaban distribuidos a los costados del atrio de las mujeres.

Los billetes no eran como los de ahora; solían usarse monedas; las más valiosas eran las de oro y las de plata. “El Señor observa el movimiento de las gentes en torno al gazofilacio; resuena el ruido de las monedas de los magnates, y los murmullos de admiración de los adictos.

No todo es generosidad en estos gestos. El ruido de las pesadas monedas suena quizá como metal vacío en la presencia de Dios; la arrogancia de algunos principales hiere a los humildes y ofende la santidad del lugar sagrado”.

En cambio Jesús, pobre que ha venido a enriquecernos con su pobreza, lleva años mendigando la fe de sus hermanos los hombres.

Sólo Jesús se fija en aquella mujer, que entra casi como escondiéndose. “No has visto las lumbres de la mirada de Jesús cuando la pobre viuda deja en el templo su pequeña limosna? –Dale tú lo que puedas dar: no está el mérito en lo poco ni en lo mucho, sino en la voluntad con que lo des” (Camino 829).

¿Te has imaginado cómo se llamaba aquella viuda? ¿Dónde vivía? También, ¿cuánto valió su limosna o en qué se pudo invertir? Apliquémonos en concreto esta pregunta: ¿le damos a Dios de lo que nos sobra, como aquellos escribas: nuestro tiempo, nuestras fuerzas…?

sábado, 7 de noviembre de 2009

Por los fieles difuntos

La Biblia Hebrea no tiene estos preciosos textos del segundo libro de los Macabeos (por haber sido escritos en griego). Me refiero en concreto a la referencia explícita a la resurrección de los muertos según está escrito en 2M 12,43-46:

Después de haber reunido entre sus hombres cerca de dos mil dracmas, las mandó a Jerusalén para ofrecer un sacrificio por el pecado, obrando muy hermosa y noblemente, pensando en la resurrección. Pues de no esperar que los soldados caídos resucitarían, habría sido superfluo y necio rogar por los muertos; mas si consideraba que una magnífica recompensa está reservada a los que duermen piadosamente, era un pensamiento santo y piadoso. Por eso mandó hacer este sacrificio expiatorio en favor de los muertos, para que quedaran liberados del pecado.

Es una alegría inmensa que Dios haya previsto el Purgatorio, “lugar” de purificación del amor de las almas para poder ver a Dios. Y nosotros, ¿no vamos a hacer caso a esta exhortación del libro sagrado? ¿No leemos la Escritura para obrar según los ejemplos que nos presenta?

Si nos recordamos de rezar por LOS difuntos, no solo por MIS difuntos, se acordarán de rezar por nosotros cuando nos toque formar parte de ese grupo de “amigas, las benditas almas del purgatorio”.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Amar la naturaleza

En Barcelona se han reunido hace pocos días muchas organizaciones internacionales que defienden y promueven la ecología. Es un tema que está de moda y, podríamos decir, que tiene gran importancia. Cuando el calor resulta agobiante o hace un día intempestivamente lluvioso, o cuando vemos que hay desastres naturales o provocados, salimos con un: "la culpa es del calentamiento global".

Importa decir que nos toca a todos cuidar de la creación, obra maravillosa de Dios para beneficio del hombre. No ha de invadirnos el egoísmo de hacer uso desmedido de los bienes naturales (agua, electricidad, árboles...), sin pensar en los que vendrán después: no es lo mismo gastar un litro de agua que dos, o tener encendidas todas las luces cuando me basta con una o dos. ¡Cuánto cuesta limpiar el lago de Atitlán ahora, cuando se hubiera podido llegar al alto grado de contaminación actual!

Recuerdo el empeño de un sacerdote (sic.) de que clasificáramos la basura para su posterior y fácil reciclaje. ¡Cuanto cuesta hacerse con el hábito!

Les dejo con este video muy bonito que me enviaron hace algunos días, y ojalá nos conciencie de tomar parte en el cuidado de las cosas que tenemos.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

En el año sacerdotal

Los santos son siempre ejemplo de vida y de doctrina. Hoy la Iglesia celebra a San Carlos Borromeo, en el siglo XVI, Cardenal arzobispo de Milán. Fue un pastor incansable. En el último sínodo de su diócesis presidido por él refirió unas palabras, como las que deben ser las de los Obispos hoy: pastorales, ascéticas, claras y concretas. Nos lo propone la Iglesia en la Liturgia de las Horas hoy:

Todos somos débiles, lo admito, pero el Señor ha puesto en nuestras manos los medios con que poder ayudar fácilmente, si queremos, esta debilidad. Algún sacerdote querría tener aquella integridad de vida que sabe que se le demanda, querría ser continente y vivir una vida angélica, como exige su condición, pero no piensa en emplear los medios requeridos para ello: ayunar, orar, evitar el trato con los malos y las familiaridades dañinas y peligrosas.

Algún otro se queja de que, cuando va a salmodiar o a celebrar la misa, al momento le acuden a la mente mil cosas que lo distraen de Dios; pero éste, antes de ir al coro o a celebrar la misa, ¿qué ha hecho en la sacristía, cómo se ha preparado, qué medios ha puesto en práctica para mantener la atención?

Y se pone a dar unas pautas concretas, que nos sirven ahora también a todos, principalmente a los sacerdotes.

Me recuerdo también del consejo de otro obispo santo: sea la prisa que tengas, que no dejes de reservar unos cinco minutos al menos para prepararte a la celebración de la Misa, para ser consciente de lo que vas a hacer en ese momento: celebrar el mismo Sacrificio de Cristo en el Calvario, y actualiza las intenciones por las que lo ofrecerás.

Un tanto igual han de hacer los laicos para aprovechar bien la santa Misa. A todos se nos invita a mejorar un poco más cada día.

lunes, 2 de noviembre de 2009

Vita mutatur non tolitur


Vita mutatur non tolitur, la vida cambia, no termina. Son palabras del prefacio I de Difuntos.

Hoy he ido al cementerio de Pamplona. Pasando por la alameda por el "pasillo" de San Pablo, me encaminé al de San Marcos. Iba buscando un panteón que tenía la inscripción que más arriba transcribí.

Mientras me encarrilaba hacia allá, vi muchas sepulturas adornadas con flores frescas, colocadas en la víspera de esta celebración de todos los fieles difuntos. Había sepulturas que tenía "flores" de metal, quizá para que duren más... Había otras "flores" de plástico, y algunas otras ya estaban marchitas. En algunas sepulturas, en cambio, las flores brillaban por su ausencia; quizá nadie se ha recordado en mucho tiempo del alma de quien reposa allí.

En mi condición de cristiano y de sacerdote, he rezado por esas almas también, por todas las que tienen sus cuerpos allí, esperando la resurrección futura.

En la sepultura que buscaba está enterrado un sacerdote ejemplar, a quien tuve un gran aprecio, y ahora guardo un recuerdo agradecido y trato de copiar su ejemplo: D. Juan Izquierdo Brousset. Me dirigió por los caminos ascéticos durante varios años.

¿Para qué es esta vida sino para que nos acerque al Cielo? El Cielo es el término de nuestros esfuerzos, es lo que le da sentido a esta existencia nuestra. Vita mutatur, non tollitur. Descansen en paz todas las almas de los fieles difuntos.

domingo, 1 de noviembre de 2009

La perpetua alegría del cielo

¿Qué es el Cielo y qué será para ti y para mí? La imaginación no logra hacerse cargo de ello; el entendimiento puede hacerlo un poco, pero tampoco lo desvela. “Porque ahora vemos como en un espejo, borrosamente; entonces veremos cara a cara” (1Co 13,12a).

Un himno de la Liturgia de las Horas (II Vísperas, IV Domingo, ed. española) lo expresa poética y maravillosamente. Al leerla despacio, sin querer uno ya va haciendo oración.

Cuando la muerte sea vencida/ y estemos libres en el reino,/ cuando la nueva tierra nazca/ en la gloria del nuevo cielo,/ cuando tengamos la alegría/ con un seguro entendimiento/ y el aire sea como una luz/ para las almas y los cuerpos,/ entonces, sólo entonces, estaremos contentos.

Cuando veamos cara a cara/ lo que hemos visto en un espejo/ y sepamos que la bondad y la belleza están de acuerdo,/ cuando, al mirar lo que quisimos, lo veamos claro y perfecto/ y sepamos que ha de durar,/ sin pasión, sin aburrimiento,/ entonces, sólo entonces, estaremos contentos.

Cuando vivamos en la plena/ satisfacción de los deseos,/ cuando el Rey nos ame y nos mire,/ para que nosotros le amemos,/ y podamos hablar con él/ sin palabras, cuando gocemos/ de la compañía feliz/ de los que aquí tuvimos lejos,/ entonces, sólo entonces, estaremos contentos.

Cuando un suspiro la alegría/ nos llene, sin cesar, el pecho,/ entonces –siempre, siempre–, entonces/ seremos bien lo que seremos.