martes, 22 de diciembre de 2020

Visitando al P. Ángel Mario y su parroquia

Es bueno que los sacerdotes nos visitemos pues la fraternidad es necesaria, además de que necesitamos unos de otros. De hecho, en una ocasión le contaba a unos amigos que yo también me confesaba, a lo que uno se mostró sorprendido. Se sorprendió aún más cuando le conté que lo hacía con frecuencia.

Así, hoy me di una vuelta por la parroquia del P. Ángel Mario Roquel, con quien también me encontré. Se trata de la parroquia de San Martín de Tours, en la aldea de Cerro de Oro, Santiago Atitlán. La parroquia se encuentra en un lugar con paisaje espléndido. Si el Lago de Atitlán arranca suspiros a propios e internacionales, qué no será vivir junto a él.

Con el P. Ángel Mario tuvimos la oportunidad de comentar la situación pastoral actual en cada una de las parroquias en las que trabajamos, y me alegró lo contento que está en su labor ministerial.

Aquí le tomé unas fotos a la iglesia.



Al entrar en la iglesia parroquial se observa también el nacimiento a la izquierda. Solo queda en el recuerdo la disposición original de la iglesia y su piscina bautismal en el centro.

El Nacimiento, con imágenes de talla natural.

Una curiosidad: los magos de oriente vinieron a ver al Niño en tiempo de coronavirus, pues llevan caretas.

Igual esta pastorcita, con su respectiva careta, para no contagiar a las otras imágenes.

Saliendo de la iglesia, se contempla parte del Lago.

La fachada de la bella iglesia parroquial.

La imagen del patrono en la fachada de la iglesia.

Al salir de la iglesia, en el atrio, se contempla este hermoso panorama, aunque la cámara del teléfono no hace honor a su belleza.

Con el P. Ángel Mario.

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