Es de conocimiento de todos el problema que atraviesa la Iglesia en Irlanda, a raíz de los abusos sexuales a menores por parte de sacerdotes y religiosos en las décadas pasadas. Ha servido, para colmo, de comidilla de los medios de comunicación, y ha servido para que los que no simpatizan con la Iglesia se mofen de ello.
Desde luego, para los verdaderos hijos de la Iglesia es un motivo de dolor inmenso porque se la ofende, y se ofende a Dios, en último término, además a la persona y a la dignidad de las víctimas.
El Santo Padre, en un acto valeroso y lleno de fe, ha escrito una carta pastoral amplia a los hijos de la Iglesia en Irlanda, expresando su cercanía, sus oraciones y su apoyo.
Evidentemente, el Papa no atenúa la gravedad del pecado; en la carta expresa en nombre de la Iglesia “vergüenza y remordimiento” por los errores cometidos. En la carta, el Papa se dirige a las víctimas animándolas a sobrellevar su dolor en Cristo, a los culpables les pide que hagan penitencia por el mal ocasionado y que se sometan a la justicia divina y a la humana. Se dirige a los padres de las víctimas, a los obispos y sacerdotes y religiosos, a los fieles en general de Irlanda. Propone, en la conclusión, medidas concretas para afrontar la situación, que son un tesoro de propuestas.
¿Por qué suceden estas cosas? ¿Por qué la Iglesia sufre ahora con estos pecados de sus hijos? Le pedimos a Dios, evidentemente, que nos guarde de caer en tales males y en cualquier otro. A alguno le escuché comentar: “está bien que salgan a la luz, para arreglarlas de una buena vez”; Dios mediante, repercutirá en bien de la Iglesia.
Me recordaron unas palabras que el Santo Padre pronunció, siendo todavía cardenal, en aquel Vía Crucis del 2005: “Frecuentemente tu Iglesia, Señor, nos parece una barca a punto de hundirse, que hace aguas por todas partes y en tu campo vemos más cizaña que trigo. Ten piedad de tu Iglesia, también en ella el hombre cae una y otra vez y Satanás se alegra, esperando que en la caída de tu Iglesia te arrastre, quedes para siempre abatido. Pero Tú , Señor, te levantas y puedes levantarnos”.
Les dejo, para terminar, con la oración que propuso el Santo Padre a los feligreses de Irlanda. Pueden leer el mensaje entero pinchando aquí.
Dios de nuestros padres,
renuévanos en la fe que es nuestra vida y salvación,
en la esperanza que promete el perdón y la renovación interior,
en la caridad que purifica y abre nuestros corazones
en tu amor , y a través de ti en el amor de todos nuestros hermanos y hermanas.
Señor Jesucristo,
Que la Iglesia en Irlanda renueve su compromiso milenario
en la formación de nuestros jóvenes en el camino de la verdad,la bondad, la santidad y el servicio generoso a la sociedad.
Espíritu Santo, consolador, defensor y guía,
inspira una nueva primavera de santidad y entrega apostólica
para la Iglesia en Irlanda.
Que nuestro dolor y nuestras lágrimas,
nuestro sincero esfuerzo para enderezar los errores del pasado
y nuestro firme propósito de enmienda,
den una cosecha abundante de gracia
para la profundización de la fe
en nuestras familias, parroquias, escuelas y asociaciones,
para el progreso espiritual de la sociedad irlandesa,
y el crecimiento de la caridad. la justicia, la alegría y la paz en toda la familia humana.
A ti, Trinidad,
con plena confianza en la protección de María,
Reina de Irlanda, Madre nuestra,
y de San Patricio, Santa Brígida y todos los santos,
nos confiamos nosotros mismos, nuestros hijos,
y confiamos las necesidades de la Iglesia en Irlanda.
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