Después de ver el estado calamitoso de las carreteras en el Altiplano guatemalteco, a causa de las torrenciales lluvias que acaban de ceder, he llegado felizmente al Seminario Mayor, después de unos pocos días de disfrute de la compañía familiar.
El Seminario Mayor es mi destino pastoral. He venido a la “cola” del curso académico, pues termina casi con el mes de octubre. Ayudaré con unas pocas clases de latín –para reforzar–, pero sobre todo a conversar con los seminaristas para su discernimiento vocacional, siempre tan importante en el término de curso, para coronar bien el trabajo de todo el curso académico.
El encuentro con los formadores ha sido más que cordial: caluroso. Igualmente con los seminaristas, no sólo por el natural suyo sino porque hay entre ellos muchas caras conocidas, con algunos de ellos mantuvimos comunicación durante los dos años de ausencia del país.
¡Qué panorama más esperanzador para la Iglesia! ayúdenme a encomendar a los futuros pastores de almas de la Iglesia en Guatemala.
Felicidades por el nuevo destino. Que el Señor le acompañe y ayude en esa nueva y difícil tarea que ahora empieza.
ResponderEliminarDesde España un saludo cordial.
Desde aquí te apoyamos con la oración. Ya podré decir a los de Baños donde te pueden encontrar.Saludos
ResponderEliminarCaro Pe Miguel Angel, fico imensamente feliz com estas notícias... rezarei para que o Senhor te ajude sempre em suas atividades pastorais e que o Bom Jesus sempre chame novos sacerdotes para a Guatemala. (Como prometi, comentário em português...)Saludos desde España.
ResponderEliminarVaya, con que ya está en Guatemala. Pensaba que todavía se encuentra en España. Y sobre todo pensé que nos iba a llamar para despedirse de nosotras. Bueno no pasa nada. Ahora, con su nuevo destino en el seminario tendré más trabajo yo de rezar por usted, no?
ResponderEliminarQue nuestro Señor le acompañe Padre Migue Ángel.
Por si tiene algun contacto con mis quieridas hermanas de la Antigua les saluda de mi parte.
Un abrazo.
Sor Ángela María.
Que vivas con ilusión y empeño un encargo de tanta responsabilidad y trascendencia. Cuenta con mi oración y mi afecto.
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