Preciosa pintura de Bartolomé Esteban Murillo, titulada "La Sagrada Familia del Pajarito" |
En la actualidad surgen voces, a veces bravuconas, ofreciendo otro modelo de familia, pues es ya época pasada en que se propuso que la familia es un convencionalismo social -aunque en la actualidad la teoría no existe, sí en la práctica-.
El hombre (dígase: hombre y mujer) fue creado a imagen y semejanza de Dios. Dios no es un ser solitario, pues es Trinidad de Personas. Y su ser nos lo transmitió. De ahí que el hombre deba nacer, crecer y madurar en el seno de una familia.
Incluso el Estado -con sus programas sobre educación sexual para los patojos- se suma para desestabilizar la institución familiar, pues promueve la promiscuidad y su consecuencia natural de engendrar un hijo.
Un hijo tiene derecho a tener un padre y una madre que, cumpliendo con su obligación, amen y ayuden a su hijo a desarrollarse como persona y como cristiano.
Hoy, en la celebración de la Santa Misa, he encomendado a las familias de cada uno de los presentes en la celebración, a las de la comunidad y a las de todo el mundo, para que teniendo a Dios en medio, sean "hogares luminosos y alegres".
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