Connie Talbot, la niña con voz angelical que les había presentado en ocasión anterior, vuelve, aunque ya con unos añitos más. Su voz se ha afirmado y afinado. No puedo menos que admirarme de su talento. Aunque la pronunciación del latín para un "gringo" es un poco difícil -los que hablan algún romance latino la tienen más fácil- se disimula muy bien con su angélica voz, cantando el Ave María de F. Schubert (compositor austriaco de principios del XIX).
Ella, en la actualidad.
Y pensar que ya está por convertirse en una señorita, muy bella por cierto, cada vez que escucho a Connie Talbot me siento feliz y en paz, es un fenómeno que nunca antes había visto, cómo una niña puede tocar tu alma con su voz y su mirada angelical. Le deseo mucho éxito a esta preciosidad
ResponderEliminarEn efecto, Apolo, tiene una talentosa voz, que transmite paz y es un deleite para el alma. Saludos.
Eliminar