Con fundamento sólido... |
Es bueno preguntar cuando no se sabe
algo, y es un deber de caridad responder a quien pregunta. Me ha ayudado tanto ir perdiendo la natural vergüenza para hablar con los
demás.
No fue hoy, pero fue relativamente hace
poco: un alumno mío me hizo esta pregunta con semejantes palabras, hablando
sobre la fe en lo que la Iglesia enseña: “¿y qué hay con lo de que la Iglesia fue fundada por los Apóstoles?” Lo que me parecía tan obvio, no lo era tanto.
A mí me parece que está bien preguntarse
por las cosas, para saber sobre su sentido, pero no vamos a empezar a
preguntarnos por todo, pues tendríamos que reinventarnos las cosas. Imagínense:
dejaría de tomarme una aspirina porque no sé si lo que hay en esta envoltura corresponda
con lo que es una aspirina o que tenga los efectos que “dicen” que tiene. ¿Y
qué decir del transe, por decir algo crucial, que pasan los que mueren, si yo
no lo he experimentado?
Respecto a los orígenes y los fundamentos
de la Iglesia, prefiero creer lo que me enseña la Iglesia –de que fue fundada
por Cristo- y no lo que cualquier sabiondo autor contradiga.
No hay comentarios:
Publicar un comentario