Hace más de un siglo que, con ocasión de la Conversión del Apóstol San Pablo, la Iglesia invita a rezar a todos los fieles por una intención particular: la unidad de los cristianos.
En efecto, es una labor de todos la de que los que nos honramos con ser "seguidores de Cristo", seamos uno en la fe y en el amor.
La falta de unidad es un antitestimonio para los que profesamos que hay que amar a Dios y a los hermanos. Este trabajo, pues, no sólo es una obligación sino un derecho para nosotros, un hecho posible, pues tú y yo somos Iglesia.
¿Qué te parece si al menos rezamos un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria por esta intención?
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