Con
el permiso o sin el permiso de ustedes, me he ausentado unos días, aprovechando
el despiste de algunos, para ir unos días de retiro. Me ha ayudado mucho a
reconducir mis afanes a lo que interesa de verdad.
Algunos piensan que los curas no necesitamos descansar. Piensan que Dios
se encarga de inyectarnos una dosis de optimismo o suminitrarnos una especie de
poción que nos blinda de las tentaciones o nos rejuvenece el espíritu cada día.
Tenemos
nuestra “dosis” a diario, ciertamente, compuesta de Sacramentos y trato con
Jesús. Pero también tenemos un cuerpo que necesita un poco de descanso para
retomar fuerzas.
Durante
estos días tenemos cambio de actividad; estaremos entretenidos en otros
menesteres, igualmente necesarios.
Saludos, amigos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario