La Solemnidad de la Inmaculada Concepción es el punto de inicio del Año de la Misericordia proclamado por el Santo Padre el Papa Francisco, un año en el que el amor de Dios se mostrará a manos llenas. ¿Podemos imaginarnos lo que puede constituir? Hemos de aprovechar este tiempo para buscar más a Dios, para vivir más con Él, para, en definitiva, tratarle más y experimentar su vida divina.
Pueden leer aquí la Bula de convocatoria del Jubileo llamada Misericordiae Vultus. Sí, así comienza el escrito maravilloso del Santo Padre: "Jesucristo es el rostro de la misericordia del Padre". También, más adelante, recordará el Santo Padre que no hay pecado tan grande que Dios no pueda perdonar...
Interesémonos, adentrémonos, aprovechemos este tiempo de gracia.
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