Fuego he venido a traer a la tierra, ¿y qué
quiero sino que se encienda? (Lc 12, 49).
San Josemaría al meditar estas palabras escribía: Aún
resuena en el mundo aquel grito divino: «Fuego he venido a traer a la tierra, ¿y
qué quiero sino que se encienda?» -Y ya ves: casi todo está apagado... ¿No te
animas a propagar el incendio? (Camino 801). Jesús, qué pena. Sitios,
familias, personas, donde antes ardía el Fuego de tu Amor... ahora están
apagados, fríos o, lo que es peor, templaditos, entibiados. Ojalá fueras frío o caliente! Y así, porque eres tibio, y no caliente ni
frío, voy a vomitarte de mi boca (Apoc 3, 16-17). Jesús que me entere de una vez: ser cristiano supone amar ardientemente
a Dios y a los demás, supone propagar el incendio.
▶▶¿Estoy tibio?... Consulta Camino 331.
En adelante, una familia de cinco estará
dividida: tres contra dos y dos contra tres. (...) Se dividirán el padre contra
el hijo (Lc 12, 52).
Jesús, nunca pensé que esto del 3+2 ó 2+3 fuera tan evangélico.
Tres contra dos y dos contra tres... Ahora, ya sin bromas, te pido, Jesús, por mi familia. Cuando me entero
de familias que se rompen sufro mucho y pienso en la mía. Jesús, que en mi
familia nunca haya divisiones; que mis papás se quieran de verdad; que se
sepan perdonar; que yo sea buen hijo, buen hermano; que también sepa perdonar.
▶▶Rezar a diario por mi familia.
Propósito: consultar nº 311 de Camino, por si acaso.
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