“Dios
mediante” o “Primero Dios” son expresiones coloquiales que todavía se usan por
aquí. Me parecen expresiones de humildad y de confianza en la Providencia de
Dios. Es la convicción de que Dios es el dueño de todo y que lo dirige para
nuestro bien.
Lo
que nos queda, desde luego, es afanarnos el día de hoy por hacer lo que a Dios
agrada, que es nuestra felicidad, y no preocuparnos enfermizamente por el
mañana, el no hacer planes para el futuro sin contar con Dios.
Esto
me vino a la mente con suma facilidad, gracias a la primera lectura de la Misa
de hoy (St 4,13-17; que pueden leer aquí), una parte de la cual dice lo
siguiente: “Deben decir así: ‘Si el Señor lo quiere y vivimos, haremos esto o
lo otro’”.
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