sábado, 9 de julio de 2011

Una de maestros

     El inspector visitó una escuela primaria.
     En su recorrido observó algo que le llamó la atención: una maestra estaba atrincherada atrás de su escritorio; los alumnos hacían un gran desorden; el cuadro era caótico.
     Decidió presentarse:- "Permiso, soy el Inspector... ¿Algún problema?"
     - "Estoy abrumada señor, no sé qué hacer con estos chicos... No tengo láminas, no tengo libros, el Ministerio no me manda material didáctico, no tengo recursos electrónicos, no tengo nada nuevo que mostrarles ni qué decirles..."
     El Inspector, que era un docente de alma, vio un corcho en el desordenado escritorio, lo tomó y con aplomo se dirigió a los chicos:
      - ¿Qué es esto?
      - Un corcho, señor, gritaron los alumnos, sorprendidos.
      - Bien, ¿De dónde sale el corcho?
      - De la botella, señor…, del alcornoque…, de un árbol…, de la madera… - respondían animosos los niños.
      - ¿Y qué se puede hacer con madera? - continuaba entusiasta el docente.
      - Sillas..., una mesa..., un barco...
      - Bien, tenemos un barco. ¿Quién lo dibuja? ¿Quién hace un mapa en el pizarrón y coloca el puerto más cercano para nuestro barquito? Escriban a qué provincia o departamento pertenece. ¿Y cuál es el otro puerto más cercano? ¿A qué país corresponde? ¿Qué poeta conocen que haya nacido allí? ¿Qué produce esta región? ¿Alguien recuerda una canción de este lugar?
      Y comenzó una tarea de geografía, de historia, de música, economía, literatura, religión, etc.
      La maestra quedó impresionada.
      Al terminar la clase le dijo conmovida:
      - Muchas gracias, Señor. Nunca olvidaré lo que me enseñó hoy.

      Pasó el tiempo.
      El Inspector volvió a la escuela y buscó a la maestra. Estaba acurrucada detrás de su escritorio, los alumnos otra vez en total desorden…
      - Señorita... ¿Qué pasó? ¿No se acuerda de mí?
      - Sí señor, ¡cómo olvidarme! ¡Qué suerte que regresó…; …no encuentro el corcho, ¿Dónde lo dejó?

Cuando el maestro no tiene vocación o "alma de maestro", ¡nunca encuentra el corcho!

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