martes, 20 de junio de 2017

"Amen a sus enemigos" (Mt 5,44)

¡Amigos!
     Primero podemos considerar si tenemos amigos, si tengo un amigo de verdad, uno que pueda llegar hasta lo último por mí. Ciertamente no depende de mí sólo, pero yo lo habría construido y edificado día a día. Pero, tendré un amigo si yo me hago amigo también.

     Después, quiera Dios que no tengamos enemigos, que no nos hayamos ganado nosotros un enemigo. Al menos, por nuestra parte, no podemos tener a alguien como enemigo ni podemos guardar odio ni rencor hacia alguien. Luego, resulta independiente de nosotros si los demás nos consideran sus enemigos.

     Además, el Señor, en esta frase que el evangelio del día de hoy recoge (Mt 5,43-48), nos exhorta no a ser indiferentes ante los que se creen enemigos nuestros -reducir nuestra postura a un mero aguantar los embates-, sino a amar a los enemigos, hacerles el bien, a rogar por ellos.

     Es alta la meta, es grande la tarea, es irrealizable la perfección que nos pide el Señor si no contamos con su ayuda. Danos tu gracia, Señor, para estar a la altura de ser discípulos tuyos, porque sin Ti no podemos hacer nada.

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