Tengo ganas de descubrir en dónde se contiene esta historia-anécdota. La escuché el día de hoy en la homilía del Obispo en nuestra reunión de la V Asamblea de Pastoral.
Érase una vez, en cierto pueblo, a finales del siglo XIX, vieron que la imagen del patrono ya estaba deteriorada por la polilla. Era de buena factura, pero ya necesitaba reemplazo. Pero, ¿podía reemplazarse? Llevada la cuestión a deliberación, decidieron hacer una imagen nueva del patrono, pero la pusieron junto a la imagen antigua, para que “aprendiera” a proteger el pueblo como lo hacía la antigua imagen. Dejarían juntas las imágenes dos años y después desecharían la antigua.
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