Anteayer resultamos hablando de la familia, y me acordé de la mía.
Mientras regresamos de celebrar la Santa Misa en un pueblito, una Hija de la Caridad –que es natural del pueblo en el que estoy viviendo: Galbarra– y yo nos venimos conversando de cosas diversas, y salió lo de nuestros papás.
La vida de estos pueblos era muy duro, especialmente cuando llegaba el invierno. La Hermana tuvo diez hermanos, y a todos debía cuidar la mamá, como en todas las familias. Recordaba: “mi madre era la primera en levantarse y era la última en acostarse. Y nunca le escuché una queja. Me recuerdo que en la noche metía brasas en un brasero de bronce con el que nos calentaba la cama antes de ir a dormir, del primero al último”. Y apostilló en determinado momento: “nadie aprecia a la madre. Cuando éramos jóvenes los queríamos y los respetábamos, pero, cuando lo piensas después o te toca hacer de padre o de madre para otros, es cuando te das cuenta lo determinante que fueron tus padres y lo duro que la pasaron”.
He encomendado a mis padres, y los de mis amigos, después de esta conversación.
Hola Mike. Que descanses de los libro y que disfrutes de esas experiencias pastorales. Aunque mucho animo ahora con el sofocante calor de verano. Hoy he celebrado 3 misas aqui en Fondi y ademas confesiones. Esto tambien nos anima a ofrecer nuestro servicio ministerial por estas tierras, que necesitan tanto de Dios. Te deceo lo mejor y mucho animo. Saludos desde Fondi. Como se vive al ambien futbolistico de esta tarde? Esperemos que venza Espagna. Que lo disfrutes. Saludos.
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