viernes, 5 de septiembre de 2014

Busca a Dios en tu corazón y habla con Él

     Lo he leído y considerado en la carta pastoral del Prelado del Opus Dei (pueden leerlo aquí. Habla mucho de la devoción a la Virgen, cuyas fiestas celebraremos en este mes de septiembre).
     Me gustó mucho esa frase, citando el Padre a D. Álvaro del Portillo: “buscad a Dios en vuestro corazón y procurad hablar constantemente con Él”.
    Es verdad, buscamos a Dios en la creación —lo que está muy bien— o en su templo —en donde mora en el Sagrario—, pero pocas veces nos damos cuenta que está en nosotros y aprovechamos esa su inhabitación y compañía. Si lo hacemos, no habrá sitio extraño en que no le encontremos. San Pablo escribió que somos templos del Espíritu Santo (1Co 3,16; 6,19). Piénsalo detenidamente.
    Para hacer honor a San Agustín, en cuya fiesta no puse una letra alusiva debido a que estaba en retiro, recuerdo sus palabras tan conocidas, lamentándose no haber amado antes a Dios. No me resisto a transcribir este párrafo dorado de la espiritualidad, tan conocido por ustedes:
     “¡Tarde te amé, Hermosura tan antigua y tan nueva, tarde te amé! Y tú estabas dentro de mí y yo afuera, y así por fuera te buscaba; y, deforme como era, me lanzaba sobre estas cosas hermosas que tú creaste. Tú estabas conmigo, mas yo no estaba contigo. Reteníanme lejos de ti aquellas cosas que, si no estuviesen en ti, no existirían. Me llamaste y clamaste, y quebrantaste mi sordera; brillaste y resplandeciste, y curaste mi ceguera; exhalaste tu perfume, y lo aspiré, y ahora te anhelo; gusté de ti, y ahora siento hambre y sed de ti; me tocaste, y deseé con ansia la paz que procede de ti”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario