No termino de creer la noticia que me
acaban de dar: que han derogado la “Ley Monsanto”, la que había puesto a
temblar a medio Guatemala debido al impacto que tendría en la agricultura y la
economía, considerando que nuestro país es eminentemente agrícola todavía —y no
industrializada sino todavía muy elemental—. Pienso en mi padre y mi familia,
que todavía viven de este modo de vida y trabajo.
Anteayer, martes, Sololá estuvo paralizada
—con la consiguiente pérdida económica que esto supone—, como habían amenazado
los líderes indígenas, con el fin de presionar al Congreso de los diputados
para derogar la bendita ley. Prevenidos, algunos debimos cambiar horarios para
poder cumplir con nuestro deber académico.
Tras esta experiencia del “poder” del
pueblo, ¿qué imagen le queda como poder de presión? ¿Qué estaría dispuesto a
hacer cuando algo no está bien?
También, ¿qué imagen queda de los famosos
y tan criticados diputados, que debían legislar buscando el bien común de los
ciudadanos? Espero que no crean ellos que han hecho un favor al pueblo, votando
por la derogación de la ley. ¿Cómo se presentarán, ahora, para pedir apoyo al
pueblo?
He escrito esto por la impresión que me ha
causado. Me parece que el resultado fue bueno. Pobre mi gente que tiene que
sufrir estas cosas, además de las propias de estar en vilo dependiendo de la
fluctuación de los precios.
Ésta es la noticia en Prensa Libre. Vean este trozo de una película de
Cantinflas. Como si lo hubieran filmado para la ocasión.
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