jueves, 9 de octubre de 2014

Gracias por su cercanía

     Agradezco de corazón las muestras de condolencia que me nos han demostrado a mí y a mi familia durante estos días, por motivo de la defunción de mi abuelo materno Clemente.
     Una muestra siempre bien agradecida es la compañía durante estos momentos dolorosos de la vida. Me comentaba un primo que, al comenzar la procesión hacia la Iglesia, había pocos hombros para cargar el féretro. No, no era que la gente no acompañara, sino que lo ha hecho un poco tarde… Pero, en la Santa Misa hubo mucha gente, una multitud. La procesión hacia el cementerio fue larga y concurrida. Aún con el chubasco repentino y breve con que nos sorprendió la llegada al cementerio, no fue motivo para que la gente se ausentara.
     Además, por los medios de comunicación han sido abundantes las muestras de cercanía y de cristiano acompañamiento, que agradecemos mi familia y yo de todo corazón.
     ¿Qué sentido tiene una vida, un tanto larga, de una persona, como la del abuelo? En algunas partes quizá signifique, incluso, en el peor de los casos, una carga para la sociedad y la familia. Pero, no lo es. Cada vida, tratando de cumplir la Voluntad de Dios en cada momento, siempre es buena en sí misma, querida por Dios. También, la vida de un abuelo constituye fundamento de unidad familiar. ¿Se han dado cuenta que, cuando los abuelos o los papás ya no están en la casa, es difícil que la familia se reúna ya?
     Esto es lo que deseo para mi familia, y la de cada uno de ustedes: la paz y la unidad familiar. Se hace más fácil pedírselas al Señor en estos momentos en que se trabaja en Roma en el Sínodo sobre la Familia, que también encomendamos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario