Escribo para
no perder la costumbre, además de contar alguna cosa de nuestro quehacer en el
Seminario.
Esta semana la tendremos de exámenes, además
de una cola en los primeros días de la próxima semana. Después, trabajo, para
dar tiempo a los profesores a que terminen de calificar los exámenes y poder
entregar notas. En efecto, “el peso del día” se va sintiendo, y ya dan ganas de
terminar ya; sin embargo, no se trata sólo de terminar, sino de terminar bien.
Me hace
ilusión pensar en que varios de los nuevos Bachilleres del Seminario Menor ya
hayan terminado, y ya estén en su casa disfrutando de un buen descanso. Muchos de
ellos, según me contaba mi amigo el P. Julito, tienen intención de ingresar al Seminario
Mayor. Desde luego que los estaremos esperando dentro de quince días, en que
tengamos la convivencia vocacional, la convivencia de los jóvenes que muestran
inquietud vocacional y ya estén más o menos preparados para ingresar el próximo
2015.
Pero también
los hay varios que vienen de las parroquias y no han pasado por el Menor. A varios
de ellos ya conocemos por las convivencias a las que han venido.
En fin, vamos
a encomendarles para que la decisión suya sea ponderada, ilusionada,
contrastada y, sobre todo, encomendada a Dios, quien decide sobre nuestra vida
y nuestro camino.
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