Repasando la Liturgia y preparando la homilía para mañana, Domingo de Ramos, reflexionaba sobre la importancia de estar unidos al Señor en estos días tan trascendentales de nuestra salvación. En tan pocos días se decidió y se libró nuestra salvación por la muerte y la resurrección de nuestro Señor. No podemos quedarnos a la vera del camino como espectadores, viendo pasar a Jesús, como quien no va con él lo que sucede.
Estos días los viviremos cerca de Jesús, son días de oración y de penitencia, como el sprint final para llegar a la Pascua de Resurrección. Nos hemos estado preparando tanto en los anteriores días con las celebraciones que nos ha proporcionado la Iglesia. No nos dejemos llevar por el activismo, preocupados de todo lo que hay que hacer (el sacerdote tiene más peligro de caer en él).
¡Feliz y santa Semana Santa!
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