lunes, 20 de diciembre de 2010

Visita a un


Ayer, domingo, visité y felicité a mi hermano, que ha cumplido su primer año de ordenado. Los feligreses han mostrado su cariño y su adherencia, lo que un pastor agradece siempre.


La segunda de las dos Misas que me tocó celebrar la tuve en un asilo de ancianos, atendido por las Hermanas de la Caridad, de la Madre Teresa de Calcuta. La Comunidad, que está en la zona 7 de Guatemala, se compone de cinco Hermanas, dos postulantes y una prepostulante. Con el personal que les ayudan, atienden a unos 70 ancianos, ancianos que no tienen familia.

“Unas mujeres de hierro” comentó alguien del grupo, pues se ven mujeres muy trabajadoras, pero también imbuidas en Dios. Les he preguntado y me han dicho que no tienen muchas vocaciones. Les prometí rezar por ellas y por un aumento de vocaciones suyas, a la vez que les pedí que rezaran por los sacerdotes y por los Seminarios.

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