miércoles, 11 de noviembre de 2015

Gracias, P. Chico, y a delante en tu nueva misión

El P. Chico a la izquierda, acompañado por el P. Alfredo y un servidor.
     Conocí al P. Francisco Chocoj allá por el año 1991, en que comencé mis estudios en el Colegio Seminario de San José, dirigido por los PP. Benedictinos, y que funcionaba en Sololá, en el mismo edificio que ahora ocupa el Seminario Mayor de la Diócesis. Él de Patzún, yo de Patzicía, se formó pronto la afinidad y amistad que aún ahora me precio de conservar: visitó mi casa y a mi familia; yo también hice un tanto igual. Recientemente recordó la anécdota del viaje que tuvimos en aquel 1991 y que nos iba a conducir a un sitio distinto de nuestro destino...

     Fuimos ordenados en la misma celebración, en junio del 2000. Él ha tenido su trajín: ha recorrido parroquias, en el 2008 pegó el salto de la parroquia de la Boca Costa a la Ciudad Eterna para ir a hacer estudios de espiritualidad; en el 2010 volvió y se incorporó al cuerpo de formadores del Seminario Mayor. Como habrá sido conocido por varios de nuestros queridos lectores, recientemente ha concluido su trabajo aquí en el Seminario de Sololá, pues el Obispo le pidió ayudar en la formación de los futuros sacerdotes en el Seminario de La Asunción.

     Estas letras sirvan de testimonio de mi agradecimiento por su amistad, por su testimonio sacerdotal y por su ayuda en la formación de los futuros sacerdotes en nuestra Diócesis, trabajo que he compartido con él estos últimos cinco años. También tuve el gran gusto de ayudarle un poco en atender Concepción, pueblo querido y conocido de hace muchos años.

     Nos seguimos viendo, P. Chico. Encomendamos tu labor y tu ministerio. Dios te bendiga por todo. Mi testimonio y amistad desde este blog.

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