martes, 10 de febrero de 2015

"El hábito no hace al monje..."

     Estamos en el año de la Vida Consagrada. De entre tantos temas que se pueden tocar, y temas más importantes, éste es uno que puede ayudar recordar. Se trata de la vestimenta de los que han consagrado su vida, cuerpo y alma, a Dios.

     Hay argumentos a favor y argumentos en contra, lo que no quita su probado sentido religioso y escatológico. Me parece que tiene más ventajas y pocas infundadas desventajas.

     Encontré un pequeño artículo sobre el tema en Religión en Libertad, que les puede interesar.

     En otra ocasión leí, también, sobre cómo la sotana del sacerdote suele ser de color negro. Aunque se ha querido revestir de significados elaborados y edificantes, la mayor razón es práctica: es un color digno y en que se nota menos las manchas.

    "El hábito no hace al monje, pero lo identifica". A él le sirve para recordar su condición consagrada; a los demás, también..., y puede llevarles a pensar en Dios.

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